Utilizando agujas similares a las que se usan en acupuntura, pero diferenciando la técnica, podemos focalizar el tratamiento en el punto exacto del dolor, allá donde nuestras manos no pueden alcanzar.
Tras la punción localizada se pueden desactivar de forma eficaz puntos gatillo miofasciales. Estos puntos generan dolor muscular y en ocasiones irradian dolor a otras zonas. Éstos provocan gran sensación de malestar y un dolor intenso o incluso limitación articular.